(26\04\2013)
(en Zaragoza)
(...) Me pareció q la ciudad pegaba con el clima de ese día. La gente
caminaba más apurada, se escuchaban
bocinazos y se veían pocas sonrisas. A
diferencia de las ciudades andaluzas, en los edificios predominaban los colores
gris, negro y marrón. De todas formas la ciudad era bella.
Entre las miles de palabras q decía Ricardo por minuto llegamos a la plaza
de la iglesia nuestra señora del Portillo en donde nos contó la historia de la
mujer q cambió el destino de la ciudad con su valiente acción: cuando vio las
tropas francesas acercarse a la ciudad fue ella quién prendió un cañón y les
disparó contra las tropas logrando q dieran media vuelta. Así fue como Agustina de Aragón detuvo la invasión y
fue una gran victoria en la guerra de independencia. (...)
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