(28\04\2013)
(en Hendaye)
(...) Ya no sabíamos q más hacer para q se pasara el tiempo en esa sucia
estación hasta q en un momento un hombre mayor se le acercó a la Andre. Sin
decirle nada, sólo a través de algunos gestos le regaló una pelota blanca gigante.
Aunque estábamos sorprendidos con la situación nos tardamos mucho en empezar a
jugar con la pelota en medio de la estación. La hacíamos rebotar en el techo, las
paredes, y por ahí le pegábamos a algún q otro pasajero q también estaba
esperando algún tren. Fue un momento muy gracioso y con poco sentido en el q
volvimos a la infancia! Al rato y cuando ya nos habíamos cansado de jugar, volvió el hombre y sin ninguna clase de explicación se la llevó. La estación volvió a ser un lugar serio!
(...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario